
Hoy celebramos a dos grandes pilares de nuestra Iglesia: San Pedro, el humilde pescador a quien Jesús confió el cuidado de su rebaño, y San Pablo, incansable misionero que llevó la Buena Nueva a todos los rincones del mundo antiguo.
Aunque con historias y temperamentos muy distintos, ambos entregaron su vida con valentía por el Evangelio. Esta fiesta nos recuerda que, con fe y compromiso, todos estamos llamados a ser testigos vivos del amor de Cristo.
🙏 Que su ejemplo de entrega y fidelidad nos inspire a construir una Iglesia más fraterna, misionera y fiel al Evangelio.